martes, 14 de enero de 2014

Fac ut gaudeam ...

Esa es mi vida, una sucesión de palabras que me reflejan y explican mi forma de ser. Me he dado cuenta que añoro los tiempos pasados. Si leo una novela deseo vivir en otro momento, evaporarme y condensarme como una gota de lluvia en otro lugar y en otra época, por lejana que sea. Me encantaría recorrer la historia a través de la literatura. Últimamente me aferro demasiado a la Generación del 27 y su afán por retomar las reminiscencias clásicas en una sociedad que se caía a cachitos y terminaría desmoronándose con la Guerra Civil.

¿Qué saco como conclusión?  Algo diáfano y sencillo: aferrarme tanto a los libros no es bueno, quizá sea mejor tener los pies en la tierra, escuchar los debates de la tele, salir a luchar y reivindicar por una escuela que cree experiencias de calidad, estudiar las nuevas corrientes de la Pedagogía, objetivar y planificar pruebas para detectar dislexias y disgrafías ... pero no puedo, ¡quiero seguir leyendo! :)