Medir, pesar, equilibrar y... todo en marcha...
Más tendrás que sembrar en tu alma
un poco de la aventura del marino,
del sentimiento del poeta,
de la dureza del pirata...
Sobre todo, bien pesados,
muchos kilos de paciencia concentrada.
Y soñar... Soñar que mientras trabajas
ciento de barcas y navíos con su vela desplegada
pondrán rumbos hacia otros puertos,
hacia otras islas lejanas
y llevarán sus cubiertas y bodegas
repletas de tu carga.
Ser maestro, ardua tarea, es descansar
con la mirada perdida en lontananza,
viendo partir nuevos barcos
con tu bandera alta, visible
y bien enarbolada...
Gabriel Celaya
Eso, y no amaestrar, es educar.
ResponderEliminarHoy en día hay más preparadores que maestros. Ni siquiera los padres.
Qué bonito blog ;)
¡¡Qué razón llevas!!
ResponderEliminarCuando tengan la prescripción de ejercer como maestros serán los primeros que los cuatro años de carrera no les hayan servido, ni tampoco cundido,para nada.
Y mira que nos dicen veces que no seamos borregos, pues nada ...
Besinos Manolillo ;)