Hay dos manos que se aprietan con
firmeza mientras el calor va traspirando en gotitas de sudor a través
de la pequeña abertura que se dibuja en medio. Un beso, cargado de sentimientos,
queda tatuado en la palma de la mano. Encuentras una mirada que quiere hundirse
en la tuya hasta los profundos límites de la locura; en ese preciso instante,
un abrazo cobra significado, ni siquiera sabes cómo expresarlo. Te falta un
poco la respiración. En el refugio de sus brazos, escuchas la alegre melodía de
su corazón con un ritmo acompasado y ligero como si de pronto se desbocara del
júbilo. Colocas la mano izquierda sobre su pecho y la mano derecha en la
espalda, él hace lo mismo. Sientes que estás unida con la única certeza de ser lo
más bonito que nunca hayas podido experimentar. Hueles su cuello y una
sensación de tranquilidad y amor te invade. Que se pare el tiempo, por favor,
quiero seguir notando el calor de nuestros cuerpos más
vivos que nunca.
Aquí hay tomate...¬¬
ResponderEliminar¿Cómo? I don't understand! Soy un poco inocente para estas cosas jaja :)
EliminarNo mola observar desde lejos una experiencia como esa en la que la lejanía es lo último que se espera.
ResponderEliminar¡Resulta bello de cualquier forma! ^^
EliminarPero no es comparable, al menos en este caso, la belleza verlo con la de hacerlo. Es que yo soy más de tacto que de vista jeje
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