miércoles, 5 de diciembre de 2012

Sín


Se me han quitado las ganas de escribir,
 Casi ni leo, no por pereza 
sino porque ningún título
 llama en demasía mi atención. 

Incluso el pan últimamente me resulta insípido 
y el vino con aroma a frutos silvestres
 ya no me sacia. 

Tengo una redondez sin llenar,
 la perfección no tiene cabida en mí. 
Soy vientre de cristal expuesto a caídas, 
rompiéndome en pedacitos muy pequeños. 

Y a veces, ingenua, confundo el vacío con la nada. 
No pongo remedio. 

Me ahogo como el junco en la alberca grande,
 No hay fondo. 
Me mantengo en la superficie a duras penas. 

Expuesta otras veces al calor del desierto, 
boca sedienta y arena por todos lados. 

Ya no crece hierba por donde piso
ni florece el cerezo en primavera.

1 comentario:

  1. Es frustrante la sensación de desgana extrema. Una buena plasmación de esos momentos, señorita ;) ¡Espero que no estés así de verdad!

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