sábado, 6 de septiembre de 2014

Cachitos



Vuelve el desconcertante y tedioso septiembre con sus hojas cayendo y la terrosa lluvia que ensucia más que limpia. Atrás quedaron los largos días de verano en los que te levantabas con la piel acariciada por los rayos del sol y la habitación se reducía a un micro universo en el que podía estar horas en la cama pensando. Las tardes merendando rajas de sandía mientras su jugo recorría un pintoresco camino por la barbilla y los senos. La sal cristalizada en la piel horas después de haberte bañado. Las risas de los más pequeños de la familia haciendo castillos de arena en la orilla. El olor a crema protectora solar. Los largos paseos por la sierra, las charlas hasta bien entrada la madrugada. Conocer gente maravillosa. Contemplar la salida del sol minutos antes de acostarte. La pesadez del cuerpo al levantarte tarde y el olor a café impregnando cada rincón de la casa. La imponente Mérida y su teatro clásico. Devorar un libro con los pies enterrados en arena. Rutas por los pueblos cercanos. Las duchas de agua fría de la sierra. El gallo cantando a las seis de la mañana. Autopista de vuelta. Angosta. Agobiante. Asfixiante Sevilla. 

Vuelve a llover.



1 comentario:

  1. No se podría expresar mejor. Aunque no sé cómo te comes las sandías pa que te chorree por ahí, eh...:P

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